19 de agosto de 2024
Joya del microcentro porteño: cuánto vale alquilar y comprar un departamento en el histórico Pasaje Santamarina
Tiene 110 años y fue levantado entre 1914 y 1915 por el arquitecto alemán Carlos Nordmann en un lote en forma de “L”
Actualmente, allí hay propiedades en venta y en alquiler, que tientan a la demanda que busca vivir en una zona dinámica, próxima a la Casa Rosada, el barrio de San Telmo y al renovado Paseo del Bajo.
Este pasaje, como otros construidos en la ciudad durante esa época, aprovecha al máximo el loteo urbano.
En Chacabuco, el acceso principal sobresale con puertas de hierro forjado, balcones y molduras, mientras que el arco central le da un carácter especial. En México, los accesos, rectos o con ligeras curvaturas, combinan madera y hierro forjado, y también culminan en un arco simétrico.
Catalogado como inmueble cautelar dentro del Área de Protección Histórica (APH 1-14), ampliación del Casco Histórico de Buenos Aires por el Gobierno porteño, el edificio cuenta con 35 unidades funcionales, ubicadas en planta baja, primer y segundo piso, con superficies que varían entre los 50 y 190 metros cuadrados aproximadamente.Proyectado como vivienda de alquiler, se destaca por su monumentalidad en los accesos y amplios patios. Castiglioni señaló que “las placas divisorias de hierro y vidrio, similares a las de las casas chorizo en altura de la época, permiten iluminar y ventilar todos los ambientes hacia los patios”.“El estilo del pasaje es el academicismo con detalles italianizantes, donde la mixtura de estilos europeos y la mano de obra mayormente italiana se adaptaron al paisaje urbano de la ciudad”, acotó Castiglioni.Joaquín Manuel Castro, conocido en redes como “Buenos Aires al Paso”, compartió su perspectiva sobre los detalles arquitectónicos que notó al traspasar la histórica puerta de este rincón porteño.Llaman la atención las baldosas rojas y la cantidad de vegetación. Castro aseguró: “La calidad de los detalles es increíble. Las molduras, herrería y puertas son puramente de diseño pero embellecen estéticamente al lugar. Ya no se construye así”.
Al hablar sobre sus recorridas, Castro comentó que le gusta mostrar las distintas construcciones de CABA, tanto antiguas como modernas, porque todas tienen algo para rescatar.Algunas viviendas tienen acceso directo desde las calles exteriores, mientras que otras se ingresan por el pasaje, ya sea a través del patio de cada una o desde los núcleos de escaleras que llevan a las unidades en los pisos altos. La entrada por la calle México es la más importante.En una de las puertas que da a la calle México y sirve de acceso directo a una de las viviendas, se encuentra la casa del veterano de guerra. Además, el edificio albergó el atelier del premiado arquitecto Claudio Vekstein, autor del diseño de varios monumentos porteños, antes de trasladarse a Vicente López.
Entre los departamentos que se comercializan, uno de 3 ambientes, con dos baños y 108 m2 cubiertos se ofrece en USD 190.000; hay otros que oscilan en 170.000 dólares.Tomás Dianda, de la inmobiliaria REM, detalló que “en la planta baja del departamento en venta, se encuentra un gran ambiente de concepto abierto que se adapta a las necesidades de los residentes. Este espacio, desarrollado en doble altura y con bovedilla a la vista, ofrece versatilidad, permitiendo que se utilice como un living, área de trabajo con escritorio y biblioteca en el entrepiso, o incluso un dormitorio adicional”.La cocina, recientemente reciclada, está equipada con una mesada de granito gris en forma de L, muebles bajo mesada amplios y una ventana tipo ojo de buey que ilumina el comedor diario.Dianda resaltó: “La versatilidad del ambiente principal permite a los compradores adaptarlo a sus necesidades, ya sea como un amplio espacio de estar, un dormitorio o un área de trabajo cómoda y luminosa”.Otra propiedad pero en alquiler temporario, es apodada “El Castillito” y debe su nombre a la cúpula que corona el espacio curvo donde se encuentra la escalera. Silvia Tagliaferri, de Tagliaferri Propiedades, comentó que “fue reciclada en 2003. Distribuida en tres plantas más terraza, cuenta con un metraje aproximado de 170 m2″.
Algunas viviendas son alquiladas o habitadas por familias de larga data. Las unidades en planta baja, mayormente de dos ambientes, fueron construidas para alquiler y cuentan con acceso a patios o escaleras hacia los pisos superiores.
“Son muy demandadas debido a su singular arquitectura y belleza, y no son comparables con la mayoría de las propiedades del barrio de Monserrat. En cuanto a amenities, no hay espacios de uso común en las propiedades del Pasaje Santamarina”, concluyó Tagliaferri.