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12 de agosto de 2024

Cómo fue la increíble búsqueda de Jeff Bezos de los motores del Apolo 11

En el año 2013, el fundador de Amazon decidió iniciar la exploración para encontrar los restos de una de las hazañas más importantes de la humanidad. Las razones para hacerlo y qué sucedió con el hallazgo

>Entre los más de 600 millones de personas que seguían la misión que permitió que los primeros humanos llegaran a la Luna gracias a la misión Apolo 11 estaba un niño que miraba asombrado: El 16 de julio de 1969, en el living de su casa, junto a sus padres y abuelos, ese niño de cinco años con ojos curiosos captaba que algo extraordinario ocurría. El ”No eliges tus pasiones, tus pasiones te eligen a ti”, dijo Bezos sobre ese día en el que la pasión por la exploración espacial lo elegía. Ese momento fue crucial en la vida del creador de Amazon. Primero creó Blue Origin, la empresa aeroespacial, a la que Pero la pasión expandió sus límites cuando, en 2012, Bezos ―ya convertido en uno de los hombres más ricos del mundo― decidió buscar los restos del cohete de Apolo 11 que estaban en el fondo del océano Atlántico hacía 44 años.

Con embarcaciones de gran tecnología y una inversión millonaria, Bezos emprendió la increíble búsqueda de las piezas del día en que la humanidad dio un gran salto y que él quería recuperar.

La misión Apolo 11 se lanzó al espacio a bordo del cohete Saturno V, desarrollado por la NASA, para enviar astronautas al espacio y llegar a la Luna. Equipado con cinco motores F-1 diseñados por Rocketdyne, una compañía norteamericana especializada en la fabricación de motores para cohetes, el cohete es la prueba de la emblemática aventura estadounidense por el espacio.

En ese punto, se ejecutaba la separación de la primera etapa del cohete, denominada S-IC, de la segunda etapa, mientras el cohete alcanzaba velocidades de hasta 8.600 km/h. Tras consumir todo su combustible, los restos de la primera etapa se precipitaba al océano Atlántico, donde quedaba abandonada sin planes de rescate.

Corría el año 2012 y Bezos estaba frente al ordenador sentado en el sillón del living de su casa. Navegaba por Internet cuando se topó con un dato que le haría brillar los ojos como en 1969: las coordenadas de impacto de la primera etapa de esos motores del Saturno V.

¿Por qué eran tan importantes para Bezos? “El motor F1 representa la cumbre de la propulsión líquida de cohetes. Fue el motor de combustible líquido más potente conocido por la humanidad. Millones de caballos de fuerza por motor en cinco motores combinados, tecnología de fuerza bruta masiva que propulsó a los hombres fuera de la atmósfera del corazón y hacia la Luna”, dirá uno de los ingenieros del operativo de recuperación más adelante.

Cabo Cañaveral. Marzo de 2013. La operación de recuperación estaba en marcha. Bezos utilizó tecnología de punta en robótica submarina para la misión: un barco especialmente equipado para grandes recuperaciones, laboratorios, estaciones de trabajo, áreas de alojamiento y operaciones.

En cuando al equipo a bordo de la embarcación, estaba compuesto por ingenieros, historiadores y expertos en recuperación marina, cuyo trabajo debía ser meticuloso para evitar dañar los artefactos históricos.

El entorno era extremadamente difícil: un lugar remoto en el mundo para operar y con una tecnología desafiante. Se trabaja a tres millas de profundidad en el océano, con “robots que parecen marionetas, con tres millas de cable”.

Estamos trabajando a más de una milla más profunda que el Titanic. Desde esta profundidad con algo que pesa no es una hazaña fácil. Es un levantamiento muy peligroso. Con ese tipo de peso, los cables están bajo mucha atención. Hay muchas cosas que podrían salir mal”, supo decir uno de los ingenieros de la misión.

El proceso de exploración y mapeo tardó varios meses. El niño interior de Bezos confiaba. E hizo bien.

El ánimo en el barco era bueno, todos estaban emocionados, aunque con cierto temor: los motores habían aparecido. “Tres millas por debajo de donde estoy ahora mismo es un país de las maravillas que es un testimonio del programa Apolo. Parece un jardín de esculturas mágico con todas estas piezas de diferentes misiones que, en algunos casos, están perfectamente conservadas y en otros casos, retorcidas.”

“Nos dirigimos de regreso a Cabo Cañaveral, Florida, donde vamos a llevar estos motores a casa”, dijo el capitán del barco el 21 de marzo de 2013. Los aplausos redoblaron, mientras los ojos de Bezos se iluminaban como ese 16 de julio de 1969.

“Es fantástico para el pueblo estadounidense tener el artefacto real puesto en un museo. La gente lo ve y se va a sorprender”, dijo Jeff Bezos, exultante por el increíble hallazgo. ¿Cómo lo describió? Como “una colección asombrosa de las máquinas más poderosas jamás construidas”.

¿Qué se pudo recuperar en la misión de Bezos? Entre los hallazgos más destacados estaban fragmentos de las cámaras de combustión y boquillas, elementos cruciales para la generación del empuje necesario para escapar de la gravedad terrestre. Además, se encontraron partes de las bombas de turbina, responsables de alimentar los motores con combustible y oxidante a alta presión.

Otro descubrimiento importante fue la recuperación de componentes estructurales y diversos fragmentos que ayudaron a reconstruir parcialmente la historia y el funcionamiento de estos poderosos motores.

“Uno de los objetivos de la expedición era recuperar un motor del Apolo 11. Cuando llegaron los motores aquí, no se determinó si eso había sido un éxito o no. Por casualidad, Uno de nuestros técnicos estaba mirando la cámara de empuje detrás de mí. Y usando luz negra descubrió el número de serie cuatro, que resultó ser la cámara de empuje central para la misión Apolo”, dijo uno de los integrantes del equipo de búsqueda.

Las piezas fueron transportadas a Kansas, donde se sometieron a un proceso de conservación y restauración. La misión culminó con la exhibición de estos artefactos históricos en varios museos. Sin embargo, Bezos conservó una pieza única para su colección personal.

“No sabemos qué recordarán las personas dentro de diez mil años con certeza, pero estoy muy seguro que recordarán cuando la humanidad puso por primera vez el pie sobre la Luna”, dijo Bezos. Y reflotó las piezas de la historia espacial.

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