12 de agosto de 2024
Cómo América Latina se convirtió en la fábrica de espías ilegales de Vladimir Putin
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El caso de los Dultsev, la pareja de rusos que operaron en Argentina, es la última muestra de cómo Rusia aprovecha la diversidad cultural del continente para infiltrar agentes en Occidente
“Los agentes ilegales rusos han utilizado, en muchas ocasiones, países de América Latina —como Argentina, Perú o Brasil— para crear su nueva identidad, haciendo desaparecer de los registros a bebés fallecidos para robar sus nombres, sobornando a funcionarios de registros civiles de provincias remotas para conseguir certificados, y aprovechando la mezcla cultural de un continente variado y multicultural”, escribe María R. Sahuquillo, ex corresponsal desde Rusia del diario madrileño, en el informe publicado este domingo.
El presidente ruso Vladimir Putin, con su experiencia como agente del soviético KGB y ex director de su heredero, el FSB, ha impulsado significativamente el programa de espías “ilegales”, según los expertos. El presidente ruso aparentemente valora en gran medida a estos agentes de élite. La complejidad de su preparación queda evidenciada en las palabras del legendario espía soviético Yuri Drozdov, quien afirmó que formar a un agente ilegal competente puede requerir hasta diez años de entrenamiento riguroso.
El caso más reciente y llamativo es el de Artiom y Anna Dultsev, quienes se hicieron pasar por ciudadanos argentinos durante más de una década con los nombres falsos de Ludwig Gisch y María Rosa Mayer Muñoz, respectivamente.El compromiso con sus identidades falsas es tal que, según el informe, cuando los DultsevLa propia pareja explicó que nunca habló ruso con sus hijos, sino solo español. Hasta el punto de que a Anna Dultseva aún le cuesta hablar en su lengua materna, según contó. Cuando uno está en inmersión, “no piensas en [tu] idioma, te controlas permanentemente”, afirmó. “Al regresar nos dimos cuenta de que no podíamos hablar ruso en absoluto. Y ni siquiera entendemos a las personas que nos rodean que hablan nuestro propio idioma”.
El caso de los Dultsev también expuso en particular la operación de agentes rusos encubiertos en Argentina y planteó preocupaciones sobre la seguridad nacional y los acuerdos de viaje sin visa entre ambos países, según uEl arresto de los agentes en Eslovenia en diciembre de 2022 reveló su sofisticado equipo: miles de euros ocultos y software de encriptación avanzado. Según las fuentes de inteligencia, estos agentes no solo recolectaban información, sino que también servían como intermediarios para otros operativos rusos, incluidos mercenarios. Esta táctica responde a la creciente dificultad de la inteligencia militar rusa (GRU) para operar en Europa debido a los crecientes controles que siguieron a la invasión rusa a Ucrania.
El futuro de los agentes descubiertos tras su regreso a Rusia es incierto. Según El País, la mayoría no volverá a tener ninguna otra misión, ni siquiera dentro de Rusia. Algunos, como Elena Vavilova y Andrei Bezrukov, agentes repatriados en un intercambio anterior y El caso de los Dultsev no es aislado. María Adela Kuhfeldt Rivera, una supuesta peruana, logró infiltrarse en los círculos sociales de Nápoles, Italia, haciéndose pasar por una diseñadora de joyas y hasta Su esposo también sugiere una conexión con América Latina. El marido tenía ciudadanía ecuatoriana y rusa, decía que había nacido en Moscú de madre rusa y padre ecuatoriano. Los datos obtenidos por los investigadores de Bellingcat muestran que, en abril de 2012, justo antes de su boda, el hombre obtuvo un pasaporte ruso en la Embajada de Rusia en Quito. Una vez registrado el matrimonio en Roma, viajó a Moscú, donde obtuvo un número de identificación fiscal ruso en septiembre de 2012. Menos de un año más tarde, el matrimonio ya estaba disuelto y el hombre volvió a Rusia donde murió el 13 de julio de 2013, a la edad de 30 años.En Brasil, el caso de Gerhard Campos Wittich, un supuesto brasileño de ascendencia austriaca, ha causado conmoción. Wittich, cuyo verdadero apellido es Chmirev, desapareció a principios de 2022 tras recibir una advertencia de que su cobertura estaba en peligro.Estos casos han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de registro y naturalización en América Latina. Según fuentes de inteligencia citadas por El País, los agentes rusos aprovechan la diversidad étnica y cultural de la región para crear identidades creíbles.El caso de los espías con identidades latinoamericanas develó el papel crucial de la región en las estrategias de inteligencia de las potencias mundiales. A la vez, abrió interrogantes inquietantes: ¿Están los países latinoamericanos preparados para enfrentar la sofisticada infiltración de agentes extranjeros? ¿Son suficientes las actuales medidas de seguridad? ¿Deberían los países de América Latina reforzar su cooperación en materia de seguridad e inteligencia? Preguntas por ahora sin respuesta.