12 de agosto de 2024
Secuestro del ‘Mayo’: asesinaron a sus escoltas y a él lo atacaron, así fue la traición de Los Chapitos, que protegió desde niños
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El narcotraficante acusó al hijo del Chapo de engañarlo con una supuesta reunión con Héctor Cuén y Rubén Rocha
En el documento, el narcotraficante afirmó que el hijo del Chapo, también conocido como ‘El Güero Moreno’, lo invitó a una reunión en las afueras de Culiacán, a la que también asistirían el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha y Héctor Cuén, rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), quien fue asesinado ese mismo día, así como Iván Archivaldo Guzmán Salazar, alias ‘El Chapito’.
El 25 de julio acudí al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, a las afueras de Culiacán, donde se iba a llevar a cabo la reunión. La reunión estaba programada para las 11:00 a.m., y llegué un poco temprano. Vi un gran número de hombres armados con uniformes verdes que supuse eran sicarios de Joaquín Guzmán y sus hermanos”, resaltó.
El narcotraficante narró que acudió a la supuesta reunión escoltado por cuatro elementos de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro y los dos que presuntamente ingresaron con él eran José Rosario Heras López, comandante de la policía judicial del estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, un miembro antiguo de su equipo de protección.Señaló que al entrar al lugar Joaquín Guzmán López, a quién conoce “desde que era un niño”, le hizo un gesto para que lo siguiera, por lo que “confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas involucradas”, caminó hacia él “sin dudarlo” para ingresar juntos a una habitación que estaba a oscuras.
Poco tiempo después, aseguró, que el hijo del Chapo le quitó el pasamontañas y lo ató con brindas al asiento de un avión, en el que los dos viajaron solos y únicamente iban acompañados del piloto, sin dar más detalles sobre este último.
“Tan pronto como puse un pie dentro de esa habitación, fui emboscado. Un grupo de hombres me asaltó, me derribaron y me pusieron un pasamontañas de color oscuro sobre la cabeza. Me ataron y me esposaron, luego me forzaron a subir a la parte trasera de una camioneta. Durante todo este calvario, fui sometido a abusos físicos que resultaron en lesiones significativas en mi espalda, rodilla y muñecas. Luego me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado.