7 de agosto de 2024
Una gimnasta brilló en el Campeonato Europeo de Budapest con un clásico tema del folclore argentino en su rutina de pelota
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Daniela Munits, de Israel, se quedó con la medalla de bronce en la prueba con pelota y en su rutina sonó una reversión de “El Cosechero”, un popular chamamé del misionero Ramón Ayala
El desempeño de la gimnasta israelí fue notable e impactó a los jurados. En la modalidad individual, se destacó en varias categorías y se llevó a casa un total de tres medallas en este certamen que se celebró en mayo pasado. En el campeonato de 2023 ya había demostrado su calibre y en la reciente competición en Budapest ratificó su excelencia. En la tabla general, Munits terminó en segundo lugar, y logró posicionarse tercera en la prueba de pelota con una puntuación de 34,250, detrás de la húngara Fanni Pigniszki (Plata) y la italiana Sofía Raffaeli (Oro).
Durante la competencia, numerosos medios internacionales no solo destacaron la habilidad técnica de Munits, sino también la particular emotividad de su presentación. Como señaló el medio francés Le Monde en un artículo reciente, “la ejecución de Munits no solo fue precisa y técnicamente perfecta, sino que también logró conectar emocionalmente con el público, algo que raramente se ve en competencias de este nivel”.
Numerosos expertos en gimnasia rítmica han elogiado la decisión de Daniela Munits por introducir algo innovador en su presentación. “Es un recordatorio de que la gimnasia rítmica no es solo técnica, sino también un arte,” comentó un analista de ESPN. La conexión entre la música y la gimnasia es fundamental para una rutina ejecutada con éxito y el caso de Munits subraya esta interacción perfecta entre ambas disciplinas. El papel de la música en la gimnasia rítmica es fundamental. No se trata solo de una banda sonora de fondo; la música guía la coreografía, marca el ritmo y puede incluso influir en la percepción de los jueces y del público sobre la presentación. La elección de una canción que resuena emocionalmente puede ser igualmente importante para el rendimiento de la gimnasta.
La canción “El Cosechero” de Ramón Ayala (que también interpretaron Mercedes Sosa o Pedro Aznar) es un emblemático chamamé argentino, que resalta el duro trabajo de los cosecheros en las plantaciones de algodón del nordeste argentino. La letra relata las jornadas agotadoras bajo el sol, así como el orgullo y la conexión con la tierra. Ayala usa su estilo inconfundible para capturar la esencia del paisaje y la cultura del campo, destacando tanto los sacrificios como el sentido de pertenencia y tradición que rodea a estos trabajadores. La melodía, junto con la lírica, evoca un profundo sentimiento de la vida rural y la lucha diaria de los cosecheros.