30 de julio de 2024
El problema no es el cepo, es el control de cambios
El gran debate que se presenta todo el tiempo sobre temas económicos es cuándo se van a levantar todas las restricciones para operar con divisas
Claro que cuando se propone la liberación del mercado de cambios, tanto los “liberales” que surgieron de Tik Tok, como los que han leído con profundidad a Ludwig von Mises, Friedrich Hayek y autores de la escuela austríaca, a la que el presidente Obviamente, si el kirchnerismo estuviese en el gobierno y continuara con el cepo y el control de cambios, esos mismos que hoy defienden las políticas intervencionistas oficial, pondrían el grito en el cielo denunciando socialismo, intervencionismo y demás medidas antiliberales.
En cambio, hoy, sin inmutarse, justifican sin sonrojarse las mismas barbaridades que hizo el kirchnerismo. Dicen que hay que darle tiempo. Como si hubiese que esperar cuatro años de mandato para ver si resulta o no el intervencionismo que se sabe que siempre conduce al fracaso.El control de cambios lo estableció el gobierno anterior y lo continúa el actual, porque obliga a los exportadores a vender sus divisas al BCRA a un tipo de cambio artificialmente bajo. Además, el tipo de cambio es fijado discrecionalmente, como si un ser superior al resto de los mortales pudiera establecer el valor de equilibrio. La fatal arrogancia de la que habla Hayek.El mismo Milei reconoció que fue él quien le dijo al ministro Así, Milei fijó un tipo de cambio artificialmente bajo porque nadie pone un precio máximo en el mismo nivel al que opera el mercado o por arriba.Si a eso se le agrega que desde enero el presidente del BCRA, Otra medida antiliberal que, si la hubiese hecho el kirchnerismo hubiera sido atacada por los liberales de Tik Tok y los que leyeron a Mises y Hayek, pero que ahora la justifican o miran para el costado, dejando de lado sus principios liberales con tal de mostrar su sumisión al gobierno de turno.Lo peor es que el control de cambios es una confiscación de la propiedad privada, porque quien produce soja, maíz, trigo o cualquier otro producto que exporta, está obligado a venderle sus dólares al BCRA a un tipo de cambio menor al de mercado, perdiendo la brecha cambiaria, y recibiendo pesos que el mismo Milei dijo que es excremento que no servía ni para abono.Dado que el precio máximo es un precio menor al de mercado, la oferta se contrae y la demanda aumenta. Bajo esas circunstancias el mercado no está en equilibrio, es decir, no hay suficiente oferta para abastecer la demanda que surge del precio artificial que fija el gobierno.
En este contexto, se produce un faltante del bien cuyo precio está controlado. Eso se ve todo el tiempo cuando hay controles de precios y empiezan los racionamientos en los supermercados.Y así como el cepo cambiario es hijo del control de cambios, el racionamiento de productos en el supermercado es hijo del control de precios.Si cuando llegue a la inflación cero para salir del cepo, como dice Milei, se libera el mercado de cambios, el salto devaluatorio va a ser inevitable porque no será que el tipo de cambio oficial alcanzó el nivel de equilibrio, sino que fue contenido por largo tiempo. Salvo que se produzca un shock de confianza que genere un fenomenal ingreso de dólares. O sea, la misma esperanza de la lluvia de inversiones que esperó Cambiemos en su presidencia y no resultó.
Recuerdo que Luis Caputo, siendo presidente del BCRA entre el 14 de junio y el 25 de septiembre de 2018 tuvo un máximo de USD 63.000 millones de reservas brutas a la semana de asumir y se fue dejándola en USD 49.600 millones. Usó USD 13.000 millones para intentar evitar la suba del tipo de cambio, pero no lo logró, pasó de cotizar a $27,40 a $38,40 el tipo de cambio mayorista.
En síntesis, el cepo se va solo si se libera el mercado de cambios, pero el Gobierno que no tuvo miedo de liberar los precios de la economía, tiene miedo de liberar un precio clave de la economía como es el tipo de cambio. Al parecer, el objetivo es licuar el gasto público al estilo de la presidencia de Eduardo Duhalde provocando una llamarada inflacionaria.