29 de julio de 2024
Cuál de los últimos gobiernos se endeudó más y el desafiante calendario de vencimientos que viene
Una metodología de cálculo neto, esto es, deducidos activos y deudas intra-Estado, permitió reconstruir el trayecto de financiamiento de la Administración Central y el horizonte de pagos hasta 2027
Las cifras contrarían el discurso político y las percepciones públicas, que suelen limitar el concepto de “deuda pública” a aquella en moneda extranjera y a acreedores de alta visibilidad, como el FMI, e ignoran el aumento de la deuda en moneda local (aunque esté indexada a la inflación o al dólar) y la variación de reservas del BCRA.
Menos conocido aún es que la gestión CFK2 consumió casi USD 21.000 millones de reservas brutas del BCRA (de más de USD 46.000 millones en 2011 a USD 25.600 millones en 2015) y aumentó la deuda en pesos por el equivalente a otros USD 25.000 millones.
O que si bien el gobierno de Alberto Fernández aumentó en solo USD 3.000 millones la deuda en dólares (restructuración 2020 mediante), aumentó en el equivalente a USD 75.000 millones la deuda a privados en pesos (no se cuenta aquí la deuda intra-sector público), que casi triplicó, llevándola de 43.300 a 118.100 millones de dólares equivalentes, amén de dejar en rojo por más de USD 11.000 millones las reservas netas del BCRA, que había recibido positivas en USD 16.000 millones.A pedido de Infobae, un economista muy familiarizado con la metodología desarrollada por Rubinstein actualizó al 30 de junio de 2024 los cálculos de deuda estatal neta. El ejercicio mostró el fuerte aumento durante los últimos dos meses de gestión del gobierno anterior, hasta llegar a una variación de más USD 104.000 millones equivalentes, a un ritmo mensual de casi USD 2.200 millones durante cuatro años, aumentó levemente el cálculo de endeudamiento neto durante la gestión macrista (USD 45.220 millones, a un ritmo mensual de USD 942 millones) y confirmó el de CFK2 (USD 69.525 millones, a USD 1.450 millones por mes).Lo más llamativo es que la fortísima devaluación inicial del actual gobierno implicó disminuir en más de USD 55.000 millones la deuda total, por la reducción en dólares de la deuda en pesos que había acumulado el BCRA, pero la elevó rápidamente (a un ritmo de más de USD 6.900 millones por mes) desde entonces, porque el incremento de reservas del Central hasta mayo estuvo lejos de compensar el crecimiento de la deuda total.Ese movimiento se explica porque el ritmo de aumento del dólar al 2% mensual fue muy inferior al de la inflación y ajuste de la deuda en pesos; y porque el Tesoro emitió deuda en dólares (Bopreales) para “limpiar” el balance del BCRA (operación que completó en julio con la emisión de “Letras Fiscales de Liquidez” -LEFI-).El saldo parcial de la gestión mileísta es que la deuda estatal neta disminuyó en USD 13.717 millones hasta el 30 de junio, pero a lo largo de este año aumentó rápidamente y en menos de dos meses terminaría de agotar la ganancia inicial.Además, observó, hacia adelante la concentración de títulos de “Cupón Cero” o Lecaps (que capitalizan los intereses) ayudará a disminuir el impacto de los intereses en las cuentas fiscales mensuales y anuales, porque al no pagarse ayudan a disminuir la necesidad de mayor superávit primario para lograr equilibrio financiero, pero por otra parte aumentarán el stock de deuda del Estado, pues lo intereses capitalizados irán engrosando la deuda mes a mes.
Lo que lleva a la cuestión de cuánto y cuantos vencimientos de deuda debe afrontar el Tesoro argentino en los próximos meses y años.Más muñeca política, económica y financiera demandarán los vencimientos de deuda en divisas (mayormente, en dólares) de este año y de 2025 a 2027, hasta el final del mandato del presidente Tan desafiante calendario se refleja en el El Gobierno no necesita solo eso, sino también reabrir, para 2025, el acceso a los mercados de capital para refinanciar semejante carga de vencimientos. Después de reducir el rojo de las reservas internacionales netas del BCRA que recibió de la gestión anterior de menos USD 11.500 millones a casi cero, en los últimos meses el saldo negativo volvió a estirarse hasta bordear unos Una operación de Repo con garantía de oro y bonos soberanos permitiría disminuir la tasa de financiamiento externo (hoy cercana al 20%, un nivel prohibitivo, debido a los casi 1.600 puntos de “riesgo-país”), pero el financiamiento del Fondo –y de ser posible, de otros “multilaterales”, como el Banco Mundial, el BID y la CAF- es imprescindible. Además, advirtió Jorge Vasconcelos, economista jefe del Ieral-Fundación Mediterránea, “el riesgo país no involucra solo al sector externo; si bien con la vigencia del cepo los vasos comunicantes entre deuda externa y doméstica están parcialmente obturados, esa conexión no desaparece, e influye sobre las expectativas”.
Incluso los vencimientos de enero próximo, por unos USD 4.600 millones, lucen difíciles de financiar. Y más aún los de todo 2025, si el gobierno mantiene lo que buena parte de los economistas llaman “atraso cambiario”, en un contexto en el que también la influyente revista británica La dificultad, casi imposibilidad, de bajar la brecha sin reservas propias, dice Vasconcelos, “adelanta” la negociación con el FMI y dificulta la idea de “esperar a Donald”.Según Vasconcelos, la continuidad de la tablita del 2% mensual de aumento del dólar, el “blend” de exportación y las intervenciones directas en el mercado libre del dólar chocan con las recomendaciones del FMI. “Pero si subsisten las dificultades -concluyó- “no habría que descartar un inicio formal de negociaciones con el staff. Al paraguas del FMI no se accede por un camino fácil y el monto de plata fresca que eventualmente se consiga depende de un directorio en el que no talla sólo EEUU. Y un acuerdo tendría impacto ambivalente sobre las expectativas: positivo para los bonos, pero cargado de interrogantes sobre lo que ocurriría con el tipo de cambio”.
Caputo, por cierto, buscará convencer a los ministros del G7 y de países clave en el directorio de un acuerdo rápido y con fondos frescos, pero no le será sencillo hacerlo. Desde 2018, la Argentina es el principal deudor del FMI, y al concluir 2024 lo habrá sido durante 7 años consecutivos.Muy pocos países se repitieron tanto en esa condición: durante 4 años lo hicieron Grecia, Rusia y Turquía, durante 3 Brasil, la India y Portugal, y en un año cada uno los máximos deudores fueron Hungría y Rumania. Desde 1984, solo un país llegó a explicar una proporción superior al cerca de 30% que detenta hace 7 ños la deuda argentina en la cartera crediticia del FMI; fue Turquía, cuando en 2007 absorbió por sí sola el 46% del crédito del organismo.