Dejen tranquila a Kate Middleton, la quimio es terrible
La Princesa de Gales volvió a la escena pública recientemente. Pese a su sonrisa, existen sentimientos y sensaciones ante el tratamiento oncológico que pueden afectar su salud mental
>Veo las fotos de
Sonríe en público, es decir, trabaja, Kate Middleton. “Es la esposa del heredero de la corona inglesa”, me dicen. Pero salvo que haya drogas especiales para la realeza -puede ser- la mayor parte del tiempo debe estar sintiéndose muy mal, lo digo por experiencia.Salvo que haya sustancias mejores para la sangre azul, hay días en que debe tener unas náuseas imposibles, por más que le hayan llenado las bolsitas del cocktail de la quimio de antieméticos, esos medicamentos para no vomitar. Debe hacer un esfuerzo para tragar algo porque miren si adelgaza mucho... sería una cuestión de Estado.A menos que le den unas drogas desconocidas para los comunes mortales, se debe sentir rara, invadida, a veces le deben doler las articulaciones. Debe tener el registro corporal de que eso que le meten la está matando, aunque sepa racionalmente que es lo que la cura. O lo que previene que las cosas sean peores: ella dijo que el tratamiento es por si acaso. Debe tener bronca que ese “por si acaso” implique todo este sufrimiento.La veo con el vestidito, hace unos días, saludando en Wimbledon, y estoy segura de que -si no es que además de la sangre, la realeza tiene la psiquis de otro color que nosotros- debe pasar por esos ratos en los que te caés para adentro, en los que no te preguntás por qué a mí, pero sí qué hice: ¿fue toda esa comida chatarra durante años? ¿Vivir en la ciudad contaminada? ¿Tengo cáncer porque no supe expresar mis emociones? ¿Por actuar por conveniencia y desoir al corazón? ¿Por esa humillación que me callé y explotó para adentro como una bomba de racimo?No sé cuánto dura cada aplicación de Kate Middleton, pero sí que en ese tiempo -la mía llevaba dos horas- es difícil no sentir en el cuerpo que le estás peleando unos rounds a la muerte, sabiendo que por puntos siempre gana ella y que estás ahí tratando de evitar caer por knock out. Eso angustia. No parece -eso depende de las drogas- que Middleton haya sufrido otra de las consecuencias traumáticas de la quimioterapia: la caída del pelo. Suerte para ella si es así, la cabeza desnuda te hace sentir muy enferma. Y más cuando viene con todo: las cejas, las pestañas, los pelitos de los brazos, todo. Es raro.
En cambio, a Kate Middleton se la ve tranquila y feliz. Supongo que hace lo que tiene que hacer porque tiene una función pública y está trabajando. Yo, por suerte, tuve una larga licencia. Beneficios de no ser princesa.