Por Pablo Peralta 

@27_pabloperalta 

Enviado especial a Mar del Plata 

Racing terminó el verano con una sonrisa. Quedarse con los dos clásicos disputados en Salta y en Mar del Plata dejó al equipo de Diego Cocca con el envión anímico ideal para encarar la competencia doméstica. A pesar de la algarabía por este tema, el entrenador tiene plena consciencia de que hay cosas que no puede ocultar en el exitismo. Hay algo que mantiene al DT en estado de alerta y no lo quiere descuidar.


Las dos victorias ante el Rojo, la primera con goleada 3-0 y la del lunes por penales (8-7), tras el 0-0 en los 90 minutos, dejaron cosas positivas y otras para seguir trabajando y mejorarlas. La principal es que la Academia no pareciera tener punto de equilibrio, algo clave para la regularidad en nuestro fútbol.

Ante su par de Avellaneda, en ambos encuentros, mostró las dos caras de la moneda. La primera, y positiva, fue la clara idea que tiene para generar juego. Esta la pudo plasmar rápidamente en Salta, pero sin suerte en La Feliz, que además contó con la estupenda actuación de Martín Campaña, clave a la hora de evitar las ocasiones de gol que generó Racing.

De todos modos, el funcionamiento por momentos de mitad de cancha hacia adelante fue meritorio.

La otra cara es la que preocupa a Cocca, y está relacionada a la intermitencia que mostró en ambos partidos. En los segundos 45, por momentos, se vio desbordado por el Rojo. El equipo perdió la pelota, mostró errores defensivos en la última línea y la desaparición repentina de la dupla de atacantes, Gustavo Bou y Lisandro López, fueron algunos motivos de llamado de atención para el cuerpo técnico.

Estas fallas hacen perder el equilibrio a un equipo que, de sostenerse en una línea media, puede ser un verdadero protagonista cuando el fútbol se digne a comenzar.