Desazón. Otra vez sopa. El orgullo de ser argentino puede más que cualquier otra cosa. Nada que reprocharle a un equipo que fue de menos a más y se terminó convirtiendo en UN EQUIPO. La bronca queda, porque oportunidades como ésta no se presentan cada cuatro años. No podía arrancar las tareas en el diario y como para atrasar más la cosa, suena el teléfono.
¿Cómo explicarle a Zamira que el fútbol es un juego? ¿Que se gana y se pierde? ¿Cómo calmarla a la distancia, por teléfono? Terminó el partido y sonó mi celular, ubicado al lado de mi computadora en el sitio que ocupo en la redacción. Mi hijita, de 6 años de edad, y con toda su inocencia a cuestas, llorando, me demostraba su tristeza, que había perdido Argentina, que había ganado Alemania.
El corazón jamás se me paralizó tanto, ni siquiera cuando fuimos a los penales con Holanda. Ni sabía cómo reaccionar. Me salió un: “Bueno bebé, ya vamos a ganar el Mundial que viene”.
Habíamos armado una cábala con ella. En la previa de los partidos de la Selección, se ponía la camisetita celeste y blanca, y se pintaba en la carita una bandera con los colores patrios. Argentina no paró de ganar y ella, feliz por ese cumplido, sabía que era una suerte de talismán. Juro que escribiendo estas líneas, aún retumban en mis oídos los sollozos de Zami. “Perdió Argentina, pá...”, me repetía llorando de una manera desconsolada.
¿Qué decirle? ¿Cómo encarar una conversación así con alguien que recién esta descubriendo el mundo? Esa situación me mató, porque si tenía pocas ganas de completar el PODIO que sale hoy, oír a mi hijita me aniquiló.
De las tres, es la que me salió más futbolera. Hasta es simpatizante de los dos equipos por los que hincho desde que tengo uso de razón. Hace danza clásica y el sábado pasado se “prendió” en un picado en el medio del living con mi esposa, quien le preguntó: “¿Qué te gusta más, la danza o el fútbol?”. ‘El fútbol”, respondió. Y ayer, en el almuerzo previo al partido, me dijo que quiere ser periodista...
Dentro de cuatro años, para Rusia 2018, Zamira tendrá 10 añitos. Y seguro podré recordarle con palabras más adecuadas a esa edad lo sucedido ayer, y ojalá me vuelva a llamar llorando, pero de emoción porque Argentina ganó el Mundial de Rusia.

LA FIGURA
Mario Goetze (8). Se lleva el premio por la soberbia definición en tiempo suplementario, pero estuvo secundado por Boateng, un mostruo en la defensa. En Argentina sobresalieron Demichelis y Romero.

LA CLAVE
El cansancio de los 120 minutos ante Holanda se hizo sentir en Argentina, que fue absorbido por la marca a presión de  Alemania y aguantó hasta donde pudo. Fue dominador e hizo pesar su experiencia en fases cruciales.

EL ÁRBITRO
Nicola Rizzoli (Mal). Dejó más dudas que certezas en muchas jugadas. Se guardó más amarillas en el bolsillo y bien pudo expulsar un par de alemanes, principalmente a Neuer primero y a Mascherano también. Se comió un penalazo a Higuaín.

UNO X UNO
Romero: (8) Sus tapadas estiraron la definición al alargue. Gran Mundial de “Chiquito”.
Zabaleta: (5) Levantó en el tramo final del torneo, con poca ayuda del mediocampo hizo lo que pudo.
Garay: (7) Solvente, firme, parejo. Una realidad más que regularidad.
Demichelis. (8) Partidazo sin precedentes, se comió a Klose y se animó a jugar.
Rojo: (6) Premio al esfuerzo y a la entrega. Un Mundial a la altura.
Biglia: (5) Impreciso, acompañó a Mascherano  y en eso aprueba.
Mascherano: (7) Líder espiritual, de contagio de actitud, y para jugar también. Descomunal.
Pérez: (6) Bien cuando va para adelante, intentó ser opción. Aprobado.
Messi: (5) Estuvo invitado a la fiesta para quedarse con la gloria que le faltaba pero no llegó sobresalir. Se lo notó con reproches y hasta herido en lo físico.
Lavezzi: (7) Era uno de los puntos altos pero fue relevado por Agüero, para sumar más gente arriba. Muy activo, desequilibrante.
Higuaín: (5) Tuvo en sus pies la pelota que pudo cambiar la historia. Pero no… 
Agüero: (5) Aguantó las que pudo, molestó a la defensa pero se prendió en el juego del roce y ahí se destiñó.
Palacio: (4) No se dio cuenta de todo lo que estaba en juego y lo que podía lograr. Falló en los momentos justos.
Gago: (5) No pudo ser primer pase a Messi. Ni acompañó como se lo esperaba.