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SOCIEDAD

22 de agosto de 2017

Camila, la perra que halló los cuerpos de los tripulantes del avión caído en el Delta

Fue al lugar dónde encontraron los restos de la aeronave y marcó dónde podían estar los ocupantes.

Camila vivió en la calle, la rescataron y tuvo una vida repleta de certificados y honores. El día que iba a jubilarse, su guía recibió un llamado: debía participar en el caso del avión encontrado en el Delta tras 26 días de búsqueda. Fue al lugar donde estaban los restos del vehículo y, con sus ladridos, esta perra confirmó que allí estaban los cuerpos de sus tripulantes.

"Estábamos en un desfile, en la presentación de un cuartel. Fue el domingo a la mañana, que recibimos un llamado. Estaban convocando un binomio (perro-hombre) que conozcan RH (restos humanos)", cuenta a Clarín José María Esnaola, instructor-guía de Camila. La perra pertenece a la brigada canina de los Bomberos Voluntarios de San Antonio de Areco. "Llegamos al lugar. Nos estaba esperando un helicóptero en San Fernando que nos trasladó a una base de Prefectura en Guazú Guazucito. De ahí una lancha fuimos trasportados hasta el lugar del hecho. Llegamos, nos dieron a conocer y nos dieron una zona alrededor de donde había caído el avión. Querían que revisáramos si había restos humanos en los alrededores del lugar", precisa Esnaola. "Dio negativo. Eran todos pantanos, la vegetación era muy ruda, inclusive espinosa. Entonces Camila descarta ese sector que nos habían dado y se va directamente al pozo donde estaba el avión y hace una marcación, que es un ladrido", continúa el instructor.   Los acompañó al lugar otro binomio, compuesto por el veterinario Germán Pastori y el perro Braulio. Ellos recorrieron otro sector, con los mismos resultados: Braulio no detectaba nada en los alrededores, pero también ladraba donde estaba el pozo. "Entonces le paso el informe al Secretario. Le digo que mi perra volvió al pozo y marcó ese lugar", continuó Esnaola. Le respondió que su trabajo estaba finalizado y los cuatro se retiraron del lugar. Nunca llegaron a ver qué encontró la perra. Tiempo atrás, Camila era una perra sin hogar. "La conseguimos en un barrio municipal, llegó muerta de hambre y con pulgas. Acá en el cuartel de Areco estamos usando perros de la calle. Porque pasa a ser atendido y tiene control veterinario, y aparte presta un servicio a la comunidad", explica Esnaola. En el cuartel tienen ocho perros y siete de ellos son mestizos.   Camila recibió tres certificaciones internacionales: para rastreos en tierra, en agua, y como "can detector de cadáver".   Participó en 67 búsquedas, la gran mayoría hechas en agua. "Es versátil", define su instructor. Con 12 años y tras haberle detectado un tumor, el domingo se retiraba y la habían llevado a pasear a un desfile. Pero antes de su despedida participó en uno de los casos más importantes del año.

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