Buddy arribó el viernes pasado a Barcelona de un vuelo procedente de Estados Unidos y desde entonces se encuentra retenido allí ya que las autoridades aeroportuarias no pudieron leer su chip identificatorio durante si paso por la aduana.

Al no poder comprobar si se encuentra inmunizado, le fue negado el acceso al país y lo dejaron detenido en el aeropuerto El Prat.

La dueña indicó que tiene más de tres meses y está vacunado contra la rabia, información que está constatada en el microchip que no pueden leer.

"Hemos probado con todos los lectores que tenemos en el aeropuerto, también con los que verificamos la entidad de otros animales con microchip norteamericano, y con otros que han aportado los propietarios, pero no hemos podido leer el microchip", contó el director del área de Agricultura de la Delegación del Gobierno, José Luis Guarga a El País.

Si el problema persistía le informaron a la dueña que el perro podría ser deportado o, incluso, sacrificado. 

Tras la noticia, comenzó una campaña en las redes sociales para exigir su liberación a través de un petitorio dirigido al departamento de Sanidad Animal del aeropuerto y al Ministerio de Agricultura.

El texto fue publicado en Change.org y ya sumó 90.000 firmas aproximadamente.

Tras la reacción de la opinión pública, las autoridades del aeropuerto consideraron otras opciones: "Llevar al animal a un centro veterinario especializado, vacunarlo contra la rabia y que esté en cuarentena. Transcurrido este tiempo podría quedar en libertad y acceder a la Unión Europea con garantías de seguridad para las personas".